Adopta prácticas responsables que promuevan la sostenibilidad, respeten la diversidad cultural y minimicen el impacto ambiental, para un turismo que beneficia tanto a los viajeros como a las comunidades locales.
Aprender y respetar las costumbres, tradiciones y normas de las comunidades que visitas, evitando comportamientos que puedan ser ofensivos o inapropiados.
Comprar productos y servicios a proveedores locales, como artesanías, alimentos y alojamientos, para contribuir al desarrollo económico de la comunidad.
Minimizar el impacto ambiental evitando la generación excesiva de residuos, utilizando recursos de manera eficiente y apoyando iniciativas de conservación.
Observar a los animales en su entorno natural sin interferir, no alimentar ni acosar a la fauna, y evitar actividades que puedan poner en peligro a las especies locales.
Elegir operadores turísticos y alojamientos que tengan prácticas sostenibles y éticas, como certificaciones de turismo responsable o programas de conservación.
Fomentar la participación de todos los miembros de la comunidad en el turismo, garantizando que los beneficios se distribuyan de manera equitativa y respetuosa.